sábado, 17 de octubre de 2009

VÍCTOR HÉMERY

Batió en dos ocasiones el récord de velocidad

TAN VELOZ COMO UN RAYO
Nuestro raudo protagonista tuvo el placer de disfrutar al volante de ejemplares especialmente veloces para la época. A cada uno de ellos les supo exprimir al máximo, escribiendo su nombre con letras de oro en la historia del automóvil.
Víctor Hémery nace en la localidad francesa de Brest. En 1904 entra a formar parte del elenco de probadores de la empresa Darracq, con la que se convirtió en un cotizado piloto profesional. Cuando sólo llevaba un año en la escudería, en 1905, fija en 176 kilómetros por hora el récord de velocidad. Sus desafíos al cronómetro se alternan con triunfos en pruebas de gran repercusión en el circuito automovilístico profesional.
Sus continuos éxitos le acercan a una firma de prestigio como Benz con la que engorda su palmarés en competiciones que poco tienen que ver con las actuales._En terrenos maltrechos, sobre distancias de 600 kilómetros, se conseguían registros de velocidad estratosféricos.
Pero si hay una fecha que jalonará la trayectoria de Hémery, no es otra que el 8 de noviembre de 1909. El objetivo, batir la barrera de los 200 kilómetros por hora. Hasta entonces ni siquiera un tren o un avión habían superado la marca. Su coche, un Blitzen Lighting Benz. El lugar señalado, el autódromo de Brooklands. Los 200 caballos de potencia del auto permiten a Hémery alcanzar una velocidad media de 205’666 kilómetros por hora o, lo que es lo mismo, recorrer media milla en 25 segundos. Finalmente, la Primera Guerra Mundial trunca su carrera. Hémery acaba con su vida en 1950, por la vía rápida tras suicidarse en la mítica Le Mans.

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