domingo, 25 de octubre de 2009

BERND ROSEMEYER

Su temeridad le costó la vida mientras batía un récord de velocidad

EN ACTO DE SERVICIO
El 14 de octubre de 1909 nacía en la localidad del Ligen, en Alemania, Bernd Rosemeyer. Apasionado del motor, comenzó su andadura dentro del motociclismo con marcas como BMW y NSU, alcanzando importantes victorias. En 1935, la entonces DKW, futura Auto Union, le ofrece participar en carreras automovilísticas. La primera vez que probó su coche lo hizo enfundado en un traje de etiqueta para mostrar su alegría en un instante tan anhelado por el alemán.
El extravagante piloto no tardaría en cumplir las expectativas más exigentes. Su primera victoria llegó en el transcurso del Gran Premio de Checoslovaquia. Pero los niveles de seguridad de los coches no eran los de un Fórmula 1 actual. Nuestro protagonista dio con sus huesos en repetidas ocasiones fuera del asfalto, debido a su carácter temerario. Sin embargo, su gran personalidad hizo que su figura creciese en popularidad entre la afición. También sobresalió por su talante y su amistad con pilotos rivales como Tazio Nuvolari o Rudolf Caracciola, ambos de la escudería Mercedes.
Llegamos al fatídico 27 de enero de 1938 en la alemana Fráncfort. Caracciola fija un récord de velocidad estratosférico de 428 kilómetros por hora. El propio Rosemeyer se acercó a felicitar a su rival y amigo antes de intentar afrontar el mismo reto.
Su colega le advirtió sobre el fuerte viento que soplaba aquella tarde, un consejo que nuestro intrépido piloto pasó por alto. «Es mi turno», añadió un confiado Rosemeyer. Pero los peores presagios no tardaron en hacerse presentes sobre la pista. Una fatal racha de viento hizo que su Audi saliera volando literalmente cuando viajaba a 430 kilómetros por hora. El nuevo recordman fue enterrado con honores militares en su Alemania natal.

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