miércoles, 29 de abril de 2009

KTM X-BOW

Aunque no es un vehículo especialmente cómodo para su uso cotidiano, el KTM X-BOW resulta ideal para disfrutar de una conducción deportiva plena.

EL ASFALTO ECHA HUMO

El Circuito de Velocidad Kotarr Castilla y león, ubicado en la localidad burgalesa de Tubilla del Lago, acogió la presentación de la última creación de la motera austríaca KTM. Un sorprendente biplaza homologado para su utilización en circuitos y en carretera.
El X-Bow es un vehículo con espacio para dos personas, sin techo ni puertas, al que se accede por la parte superior del mismo. La ausencia de parabrisas hace recomendable la utilización del casco ya que, si bien el deflector desvía la trayectoria del viento, las altas velocidades que se alcanzan hacen necesario el uso de algún tipo de protección tanto para el conductor como para el pasajero.
Desde el momento en el que nos sumergimos en su interior y adoptamos la posición de un piloto de Fórmula 1, la emoción está servida. Su poderoso 2.0, que desarrolla 241 caballos, le permiten moverse con gran ligereza en la pista sacando lo mejor del conductor ya que para mayor exigencia plantea escasas ayudas a la conducción. Así, el no presentar control de tracción, ni de estabilidad, ni tan siquiera autobloqueo de frenos pone a prueba la pericia del que está al volante. Como nota negativa, en materia de seguridad, tampoco incorpora elementos como airbags.
Como decimos, la posición al volante es cómoda, al menos en circuito. Lo que no es tan confortable es la parafernalia que rodea su puesta en marcha. La incomodidad para entrar y para colocarse el cinturón de cuatro puntos es notables. En la mayoría de las ocasiones se necesita ayuda para completar está operación con un sistema que no ayuda a sujetar la cadera y después nos asegura los hombros. Ya sólo el tiempo que se dedica a fijar este dispositivo no lo convierten en un coche ideal si lo que se desea es llegar puntual al trabajo.
diversión garantizada. Las pruebas con diferentes neumáticos y la emoción que aporta la pista mojada por la lluvia en el asfalto de Kottar nos permiten vislumbrar las posibilidades para gozar plenamente con el X-Bow. Las salidas de pista se convierten en la tónica habitual hasta que las ruedas cogen adherencia y hasta que el piloto se hace con el manejo.
Su configuración le permite agarrarse con poderío al asfalto por lo que se le puede llevar al límite en cada curva. La potencia es un canalizada a través de un cambio manual de seis marchas. El KTM X-Bow llega a los cien en apenas 4 segundos con lo que se muestra nervioso desde el momento en que se pisa el acelerador. La velocidad máxima del vehículo se fija en 220 kilómetros por hora. Su gran respuesta y comodidad en el puesto de mando hacen que este rara avis saque lo mejor de sí mismo en circuitos técnicos donde hace valer su gran calidad aerodinámica a través de la sencillez en el pilotaje.

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