miércoles, 22 de abril de 2009

FORD GRAN TORINO

Si bien su nivel de ventas no desbordó las previsiones, su aparición en la serie de televisión Starsky & Hutch revalorizó la proyección del vehículo.

Ford construyó el deportivo para su venta en el mercado americano entre los años 1968 y 1976. Aunque su repercusión comercial para la firma no fue muy grande, debido entre otros aspectos a la crisis del petróleo (ésta produjo una reducción en la venta de los denominados muscle cars), sí alcanzó gran notoriedad al aparecer en la serie de entretenimiento Starsky & Hutch. No hay que dejar de lado, sin embargo, su gran capacidad como un vehículo de grandes y diversas cualidades. El Gran Torino se presentó como una variante de lujo del modelo Fairlane que se fabricó entre 1962 y 1970. Fue al principio de la década de los setenta cuando este coche cambia su nombre por el de Gran Torino. Su denominación se debe a que Turín es conocida como la Detroit italiana, es decir, la ciudad más motorizada del país transalpino. En sus comienzos, los Torinos no pasan de ser un coche convencional con una gama que incluye además de coches deportivos, versiones de cuatro puertas tipo sedán. En cuestión de diseño, presenta una nueva configuración en su parrilla delantera con cuatro faros horizontales colocados en los bordes exteriores. Aunque introdujo interesantes novedades también heredó aspectos significativos del Fairlane. Más allá de su cautivador físico, deslumbraba por sus variantes motoras. Desde un 3.3 litros de 200 caballos a un seis cilindros de 335. En líneas generales, establecía un alto nivel de fuerza combinado con una capacidad aerodinámica que aumentaba su atractivo al conducirlo. Los siguientes cambios en posteriores generaciones se orientan a mejorar el rendimiento mecánico con la poderosa variante Cobra que superaba los 300 caballos de potencia. La producción en 1969 se cifra en 129.000 unidades. En 1972 el coche se rediseña desde cero abandonando las líneas precedentes como el Fastback, Cobra o Fairlane. Su éxito supera las expectativas y se fabrican 496.600 unidades. Las ventas crecen hasta 1975 cuando una ley federal hace obligatoria la instalación de dispositivos para reducir las emisiones, lo que provoca un descenso en la potencia de los motores y trae consigo el cese de la producción. Antes dejó huella en los hogares de todo el planeta por medio de la serie Starsky & Hutch. El productor Aaron Spelling necesita un coche alegre y que llame la atención y el Gran Torino se convierte en el vehículo ideal para los intrépidos detectives. Su impacto televisivo lo devuelve al mercado y comienzan a producirse réplicas del laureado coche con una estética similar al de la exitosa serie.

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