domingo, 1 de marzo de 2009

FORD KA

El turismo exhibe dosis de solvencia en ciudad y carretera, cumpliendo las expectativas de ser un aliado en el entramado urbano. Foto: Paco Santamaría

EL PEQUEÑO SE CRECE

La valoración de un automóvil ha de hacerse en función de los objetivos que se persiguen y de la utilidad que se va dar al mismo. También, como no, ha de tenerse en cuenta la evolución del modelo respecto a sus predecesores y la cuantía de la inversión. En este sentido, el nuevo Ford Ka cumple con las expectativas de convertirse en un excelente aliado de todo conductor en el entramado urbano. Además, en lo referente a su aspecto exterior, basta detenerse un instante para comprobar el salto de calidad en su apariencia física respecto a la anterior generación del modelo. La versión en gasolina del 69 caballos responde con agilidad y se desenvuelve con una soltura insultante además de transmitir unas sensaciones muy agradables, erigiéndose como un vehículo fácil de conducir en exceso. La respuesta del acelerador es buena aunque evidencia ciertas carencias derivadas de la falta de fuerza. Algo por otra parte normal hablando de un motor de 69 caballos. No obstante, en carretera, el Ford Ka se muestra igual de nervioso que en el entramado urbano, exhibiendo una gran estabilidad y rindiendo a un buen nivel dentro de los márgenes legales que, finalmente, es de lo que se trata. El consumo medio se sitúa en torno a los cinco litros, un gasto que no hace sino revalorizar su inversión. El Ka mide 3,62 metros de largo, 1,66 de ancho y 1,51 de alto. Unas dimensiones que penalizan la comodidad en su interior, sobre todo en la parte trasera. Algo común, por otra parte, en este tipo de vehículos. Los ocupantes de la plazas delanteras disfrutan de una gran comodidad y espacio. Además, el Ka exhibe un gran maletero con una capacidad de carga de 224 litros, bastante superior a otros vehículos de su segmento. En su interior destaca por la calidad de los acabados, siempre en relación a su precio. Además el volante es muy sensible al tacto haciendo muy agradable la conducción. El equipamiento es importante con Radio CD y MP3, en ambos casos manipulables desde el volante. La sensación que transmite el Ka, a través de su gran estabilidad y la suavidad de su suspensión es la de estar conduciendo un coche de un tamaño superior, aunque con grandes ventajas a la hora de encontrar aparcamiento.

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