martes, 10 de marzo de 2009

CITROËN DS

Bien acogido por familias numerosas y vendedores ambulantes, el Citroën DS también fue utilizado como unidad móvil de radio

UN TIBURÓN LEGENDARIO

Corría el año 1952. La prensa francesa se hace eco de un misterioso prototipo desarrollado por Citroën. Sólo unos pocos periodistas tenían fotografías y se habían encargado de alimentar el secretismo, lo que sirve para acrecentar su leyenda. Tres años después, en el transcurso del Salón de París de 1955 se desvela la incógnita. Nace el DS, calificado por los críticos del momento como un coche fuera de lo común. La cita parisina reunió a miles de personas llegadas para ver en exclusiva la nueva creación de la firma gala. Ese mismo día, la fábrica recibe 12.000 pedidos. Una vez más la compañía de André Citroën había creado un modelo destinado a marcar estilo tras la aparición estelar del dos caballos y el Traction. Gran culpa del éxito del nuevo vehículo recae sobre el ingeniero André Lefèvre y el escultor y dibujante Flaminio Bertonia. Ambos ponen su talento en común para realizar un coche que alcanza una armonía casi perfecta entre técnica y diseño. Desde su alumbramiento, el turismo resalta por la capacidad cautivadora de una apariencia exterior única. Por su parte, el habitáculo destaca por detalles exclusivos para la época, como la elegancia del salpicadero o la perfecta integración de los mandos que resultan accesibles sin tener que levantar las manos del volante. A su vez, destaca por una ergonomía impropia en la época que queda patente en un tirador que hace más cómoda la operación de apertura y cierre de la puerta. El vehículo también sobresalió en el plano mecánico con aspectos como la suspensión, el frenado o la dirección. Su nivel de prestaciones lleva a democratizar equipamientos hasta entonces reservados sólo a algunos vehículos de categoría superior, como la dirección asistida. El gran nivel de la construcción, con un bajo consumo, obligó a l resto de constructores a trabajar sin cesar para mejorar el nivel de prestaciones. En 1967 aparecería la modificación más llamativa del modelo. Su iluminación cambia y se gana el apodo de tiburón. El 23 de abril de 1975, millón y medio de unidades después, el DS deja de producirse. Su fama llega hasta nuestros días al ser considerado por la revista Classics and Sport Car el coche más bonito de la historia

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